martes, 16 de junio de 2009

El cambio de rol en un mismo escenario (del ser alumno al ser docente)

Universidad Nacional de Cuyo
Facultad de Filosofía y Letras
Carrera: Ciencias de la Educación
Cátedra: Práctica Profesional
Año: 2008
Germán Walter Coria
Registro: 16299



“El cambio de rol en un mismo escenario”

(del ser alumno al ser docente)

Introducción

El presente informe surge a partir de la propuesta efectuada por la Cátedra “Práctica Profesional”, de la Carrera de “Ciencias de la Educación”, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo.

Como fase cúlmine de este proceso de Práctica Profesional, nace la necesidad de plantear y reflexionar sobre algún asunto que me haya resultado movilizador, asunto que da sentido al presente trabajo. Es así como me refiero a la formulación de mi “Problema Práctico”, que se presenta de la siguiente manera: “El cambio de rol en un mismo escenario” (del ser alumno al ser docente).

La elección de esta temática brota a raíz de la dificultad que se presenta a la hora de posicionarme en el rol docente, siendo que durante varios años de mi vida he ocupado el rol opuesto, es decir, he sido alumno. El aula se convierte en ese espacio propio del acto pedagógico. Es allí en donde me comporté como alumno, y ahora vuelvo para posicionarme en un rol distinto, el rol de docente.

Durante el transcurso de mi formación (incluyendo en ella todos los niveles educativos por los cuales he transitado) he estado en permanente contacto con diversos modelos de docencia, a partir de los cuales fui construyendo el modelo propio, modelo que muchas veces entró en conflicto a la hora de llevar a cabo mis prácticas en los escenarios concretos.

Para contextualizar mis prácticas debo mencionar que las mismas fueron llevadas a cabo en el Instituto de Educación Física Dr. Jorge E. Coll. Allí, tuve la posibilidad de insertarme en el cátedra de “Didáctica y Currículum”, de 2° año división “A”, del Profesorado de Educación Física. Esta experiencia se constituye en un elemento crucial dentro del proceso de formación que estoy finalizando, pues allí logré dar cuenta de las características que se van perfilando como constantes en el vivenciar y hacer real mi modelo imaginario de docencia. Es allí en donde entra en consideración la formación previa y todas las posibles construcciones realizadas durante ese proceso, construcciones que, de alguna manera, intervinieron en mi práctica docente.

Sin ánimo de generar un simple relato de lo acontecido en la experiencia de prácticas, ni mucho menos de postular supuestos teóricos, mi propósito se enmarca dentro de un proceso reflexivo a partir del cual intentaré ahondar en el asunto que considero relevante para tal ocasión. Desde la experiencia misma, como así también desde los marcos teóricos analizados, intentaré elaborar posibles conclusiones que surgen del proceso dialéctico que se genera entre la teoría y la práctica.

Finalmente quisiera mencionar que este trabajo está dirigido a las docentes responsables de la cátedra “Práctica Profesional”, aunque su lectura puede ser llevada a cabo por cualquier persona que se encuentre interesada en la temática que aquí abordo. Busco que con dicha lectura se generen nuevos interrogantes que lleven a procesos reflexivos más profundos, a partir de los cuales se pueda crecer en la construcción de nuevos aportes, pues soy consciente de que el análisis del tema no se agota en estas páginas, ya que adhiero férreamente al supuesto de que el conocimiento nunca puede ser acabado, cerrado e inmodificable, volviéndose sumamente importante el aporte de terceros en la construcción del mismo.

Desarrollo

Aproximación Temática

Como es sabido, durante el primer cuatrimestre del presente ciclo lectivo, realicé mis prácticas profesionales, teniendo la posibilidad de posicionarme por primera vez en el rol docente. Resultaría falso afirmar que me hallaba frente a una tarea totalmente desconocida, pues encaré un periodo de preparación hacia la misma, allá cuando di mis primeros pasos por la carrera universitaria.

“El cambio de rol en un mismo escenario” se constituye en el tema que dio origen al presente informe. Si analizo cada una de las palabras que componen este título encuentro lo siguiente. Al hablar de cambio de rol estoy sosteniendo que un mismo sujeto abandona determinada posición para encaminarse dentro otra. En mi caso específico se deja de lado el “ser alumno” para transformarse en el “ser docente”. Por otro lado, al sostener que este cambio de rol se consolida en un mismo escenario quiero decir que es precisamente el ámbito educativo el lugar en donde dicho cambio o transformación se hace posible.

El punto central y neurálgico de este problema práctico se halla, justamente, en el hecho de abandonar el rol ocupado durante varios años de mi vida para poder posicionarme, no en un rol totalmente desconocido y ajeno, sino en la otra cara de la misma moneda, es decir, en el otro extremo de una misma situación. Es así como se constituye para mí en un paso difícil de atravesar, pues la mentalidad de alumno no es tan fácil de abandonar. Es más, considero que en los primeros albores de ejercicio profesional, dicha mentalidad seguirá estando presente de diversos modos, pues el cambio nunca podrá ser realizado de manera completa de la noche a la mañana.

El tránsito por el sistema educativo nos deja a todos los alumnos un sinnúmero de aprendizajes previos y paralelos a la formación profesional. De esta manera, como docentes recién iniciados contamos con una doble ventaja en relación a cualquier otro sujeto que haya terminado una carrera de grado, pues ingresamos y egresamos de la facultad habiendo vivenciado y conocido a la perfección uno de los ámbitos de desarrollo profesional que nos espera, una vez finalizados nuestros estudios.

Resulta oportuno entonces hacer explicitas las palabras de Alliaud, quien al respecto sostiene: “La biografía escolar, es decir el período vivido en la escuela por los maestros siendo éstos alumnos, constituye una fase formativa clave y su abordaje resulta enriquecedor para entender la práctica profesional. No es simplemente el recuerdo de un maestro o profesor especialmente valorado de la propia escolaridad. Es mucho más que eso, es todo lo que los docentes aprendieron en la misma institución (escolar) a la que regresan o de la que nunca se han ido, aunque posicionados ahora en el lugar del que le toca enseñar. (…) Los maestros llamados inexpertos son portadores de modelos, concepciones y representaciones acerca de los procesos escolares, las escuelas, los docentes y su trabajo. Un saber propio y común entre quienes pasaron por las instituciones escolares y a ellas vuelven para trabajar.
Al respecto, quisiera aclarar que cada uno de estos conocimientos fueron construidos y consolidados desde el rol de alumno, por lo que su apreciación se va a ver condicionada y subjetivada por dicho rol. Como alumno fui construyendo distintos conocimientos en torno a la figura del profesor, pero sin jamás haber experimentado o vivenciado el rol docente desde sus adentros. Me encuentro frente a una misma situación, pero condicionado e influenciado por identidades totalmente distintas, o por lo menos en camino hacia la construcción de la segunda de ellas, pues me hallo en la tarea de construir una identidad docente que caracterice mi modo de sentir, pensar y actuar, siempre reconociendo como cimientos de ésta los aportes de la anterior.

Otro de los aportes teóricos de los cuales me valgo para el desarrollo de este problema práctico, que a su vez se halla directamente relacionado con lo anteriormente expuesto, es justamente el concepto de “Matrices de Aprendizaje propuesto por Ana P. de Quiroga, quien considera como “(…) matriz o modelo interno de aprendizaje a la modalidad con que cada sujeto organiza y significa el universo de su experiencia, su universo de conocimiento. Esta matriz o modelo es una estructura interna, compleja y contradictoria, y se sustenta en una estructura biológica. Está socialmente determinada e incluye no sólo aspectos conceptuales sino también afectivos, emocionales, y esquemas de acción. Este modelo construido en nuestra trayectoria de aprendizaje, sintetiza y contiene en cada aquí y ahora nuestras potencialidades y nuestros obstáculos. Estas matrices no constituyen una estructura cerrada sino (…) una estructura en movimiento, susceptible de modificación (…)”.

Aclarados ya los marcos teóricos de los cuales hago eco, intentaré esbozar a continuación las influencias que, tanto los conocimientos construidos desde el rol de alumno como así también las matrices de aprendizaje elaboradas desde dicho rol, se hicieron presentes en mi proceso de práctica profesional, marcando de modo considerable a la misma, constituyéndose de esta manera en mi problema práctico.

Del Ser Alumno al Ser Docente: Mi Práctica Profesional

Luego de analizar cada uno de los momentos vividos durante el periodo de prácticas, es preciso reflexionar sobre algunos de ellos, pues éstos fueron los que precisamente se constituyeron en el motor de mis más profundas reflexiones, dando lugar a este problema práctico. A continuación los expondré, intentando arribar a posibles conclusiones, siempre sobre la base de la interrelación que se da entre la teoría y la práctica concreta.

Para comenzar, haré alusión a uno de los primeros contenidos que como docente practicante tuve que desarrollar al frente de los alumnos. Este contenido al cual me estoy refiriendo en esta oportunidad es, precisamente, el vinculado con los Enfoques Curriculares. Dicha temática cobró un significado particular, desde mi rol de alumno, al momento de construir conocimientos en torno a la misma.

Considero necesario y oportuno recuperar lo expresado en una de mis reflexiones en torno a lo mencionado, pues a partir de allí intentaré profundizar en esta cuestión. Por aquel entonces manifestaba lo siguiente: “Es incuestionable el hecho de que los docentes ejercen una poderosa influencia en la construcción del conocimiento por parte del alumno, como así también condiciona tal construcción la imagen que el alumno mismo recrea de sus docentes. Como en todos lados, existen profesores excelentes y otros que, por diversos motivos, no saben llegar del todo a sus alumnos, dejando un vacío en la formación que difícilmente pueda ser solventado. Los tiempos propios de la facultad van marcando notablemente el proceso de aprendizaje, ya que desde el punto de vista de los alumnos no se pueden perder mesas de exámenes, pues de lo contrario la carrera se va alargando. Esta situación influye considerablemente en los procesos de construcción del conocimientos por parte de los mismos, ya que muchas veces se aprueba un espacio curricular sin haber madurados del todo los contenidos de éste. La situación es peor cuando se estudia de memoria con el único fin de aprobar, cuestión que se puede dar por diversos motivos, como por ejemplo el hecho de no haber comprendido del todo una determinada temática”.

Lo expresado en aquella oportunidad responde claramente a la relación que mantuve desde el rol de alumno, incluso también en el periodo de prácticas, con dicho contenido. Por aquel entonces, cuando atravesaba mi periodo de formación, este tema fue aprendido de manera superficial, sin darle demasiada importancia, y con el único objetivo de aprobar, pues sabía que al presentarlo en mi mesa de examen como tema especial, y repitiendo lo que otros deseaban escuchar, tendría la aprobación asegurada. Quizás la manera de encarar este conocimiento en particular, respondió a que no compartía la propuesta de la cátedra, situación agravada por las claras contradicciones que se presentaban entre el planteo teórico al cual se aferraban los docentes y los hechos concretos de sus práctica.

Al momento de tener que desarrollar este tema frente a los alumnos, lo hice en función de aquella experiencia vivida, quitándole importancia y significatividad al mismo. Sin bien yo me privé de la oportunidad de resignificar este contenido, considero que lo peor estuvo dado por no saber encararlo un de modo reflexivo en función de la tarea que desempeñaba, pues a pesar de que ocupaba el papel de docente practicante, accioné de la misma manera en que lo hice en aquella oportunidad, desde el rol de alumno. Finalizo esta primera cuestión concluyendo en que el docente no se debe convertir en una repetidora de contenidos sin antes pasarlos y resignificarlos por él mismo, es decir, brindándose la posibilidad de aprender también con cada uno de los temas enseñados.

Si analizo mis matrices de aprendizaje y la realidad con la cual me tuve que enfrentar, encuentro que no coincidieron en gran medida. Esta situación me originó un sentimiento de angustia e impotencia, a la hora de no saber con exactitud como actuar. Dichas contradicciones se suscitaron en varios aspectos, pudiendo mencionar el más importante de ellos que se dio en torno al comportamiento de los alumnos del curso en donde practicaba, pues el mismo se presentaba radicalmente distinto al mío. Quizás el sentimiento de frustración, frente a la tarea docente, se debió al no haber podido comprender que me hallaba frente a contextos totalmente distintos a los vivenciados por mí desde el rol de alumno, entendiendo de esta manera como anormal lo que para ellos se presentaba de modo natural. Ante situaciones como estas deberé enfrentarme a diario, por lo que debo romper con ciertas estructuras preestablecidas de antemano, brindándome la posibilidad de conocer a cada grupo en particular, y nunca esperar que ellos sean de la misma manera en que yo lo fui, pues debo entender que cada persona y, en este caso cada grupo, jamás será de igual modo que otro.

Otras de las cuestiones que se hizo presente, en mi proceso de práctica docente, fue la referida a la selección y presentación de las actividades de enseñanza. Al avocarme a este aspecto, debo mencionar que las actividades escogidas fueron pensadas, en un primer momento, en función de mi propio proceso de aprendizaje vivenciado desde el ámbito universitario; es decir, traté de enseñar de la misma manera en la que yo aprendí, de la misma manera en la que mis docentes universitarios me enseñaron. Nuevamente vuelvo sobre la poderosa influencia de mis matrices de aprendizaje en el accionar de mí ser docente.

Resulta oportuno para tal ocasión hacer presente un hecho particular. Frente a las críticas de mis clases expositivas, surgió el consejo de realizar otro tipo de actividad un poco más motivadora. Fue así como manejé la posibilidad de plantear la realización de un collage, y de hecho así sucedió. Luego, al evaluar los resultados de la ejecución de dicha actividad, quedé satisfecho con los mismos. Pero la cuestión a analizar es otra, ya que al tratar de hacer memoria no encuentro experiencias similares en mi paso por la facultad, desde el rol de alumno. Es más, al comentar esta situación con personas que también se desempeñan como estudiantes universitarios de otras carreras, caímos en la cuenta de que rara vez (por no decir jamás) los docentes universitarios plantean este tipo de actividades. En el imaginario colectivo de los estudiantes universitarios, la figura del profesor aparece muy asociada a la exposición de tipo magistral, relegando la función de los alumnos al solo hecho de tomar apuntes de los respectivos discursos. De aquí concluyo en que no debo cerrarme en mis experiencias pasadas, sino que como docente siempre debo permanecer abierto a nuevas posibilidades, siempre en función de mejorar la calidad de mi trabajo, el cual se debe a mis alumnos.

Por otro lado, me abocaré a la capacidad que desarrolla todo alumno para juzgar a sus a cada uno de sus docentes. De hecho, yo mismo también lo he realizado. Ahora bien, la cuestión a la que me referiré en esta oportunidad se encuentra relacionada con ello, presentándose a la vez directamente vinculada con el suceso recientemente comentado. La crítica negativa que se efectúa a los profesores parece conformar parte también de nuestras matrices de aprendizaje. Es más, así se ha vivenciado. Pareciera ser que todo este tipo de cuestiones salieron a la luz de manera inconsciente en mis propias prácticas. Digo de manera inconsciente ya que conscientemente tengo bien claro los modelos de los cuales quisiera alejarme, pero evidentemente su influencia se ve reflejada en los sucesos concretos. Naturalmente, desde el ser alumno se valora de manera positiva a los docentes que de modo creativo presentan sus clases. Lo paradójico se halla en el hecho de que, en mis acciones concretas, se reflejan este tipo de cuestiones claramente criticadas por mí, como puede ser el caso de una clase sumamente aburrida, poco atrayente y motivante para los alumnos. De este modo recaigo en la importancia que merece la reflexión permanente en todo el proceso de la actividad docente, pues considero que esta sería una de las más importantes herramientas con la que cuento para no caer en este tipo de cuestiones, es decir, para darme cuenta a tiempo de que estoy planificando actividades que como alumno, en su momento, no me gustaron.

Para finalizar este apartado, haré mención al tema que quizás encierra todo lo anteriormente expuesto, a la vez que se constituye en la raíz misma de mi problema práctico. Estoy refiriéndome precisamente al cambio de rol, caracterizado fundamentalmente por un cambio de identidad. Esta situación se convierte en el eje de todo el proceso de prácticas vivenciado, pues difícilmente logré apenas pocisionarme en el rol docente para el cual me preparé durante años.

Durante cada una de las clases de la práctica docente que protagonice, se hicieron presentes en mí situaciones propias que responden más al ser alumno que al ser docente. Digo esto porque en ocasiones me comporté como un verdadero alumno en pleno proceso de aprendizaje, cuestión que no considero negativa en función de este proceso en particular, aunque, en ciertas oportunidades, haya opacado mi desempeño como profesor. Considero que tal situación ha quedado reflejada a lo largo de estas páginas, en donde las influencias del pasado de alumno se mezclaron considerablemente con la actividad docente que encaraba por ese entonces. De esta manera fue como me resultó sumamente difícil lograr el comportamiento propio de un docente en ejercicio de su profesión, pues en realidad todavía me movía bajo la mentalidad propia del ser alumno.

Quizás el error halla estado justamente en no saber despegarme del todo de mi posición de alumno, preocupándome por la evaluación que sobre mí recaía, orientando todo mi accionar hacia tal situación, olvidándome de lo más importante que se daba precisamente por el posibles aprendizaje de los alumnos en torno al conocimiento allí trabajado, y por los míos también en función de la identidad docente que comenzaba a forjar.

Tanto mi biografía escolar y académica, como así también mis matrices de aprendizajes construidas desde el rol de alumno, se constituyen ahora en fuentes de posibles conocimientos a partir de las cuales poder lograr la constitución de mi identidad docente, resignificando para tal ocasión cada uno de los aportes provenientes de dichas situaciones.

Conclusión

La realización del presente informe se constituyó en una instancia sumamente importante de formación y aprendizaje. A partir del desarrollo de cada uno de los puntos, previa investigación teórica y análisis reflexivo personal, pude dar cuenta de nuevos saberes que pasarán a conformar parte del corpus de conocimientos con el cual me embarco hacia la nueva tarea a desempeñar.

Allá por la introducción del este trabajo, sostenía que la elección de la temática surgía a raíz de la dificultad que se presenta a la hora de posicionarse en el rol docente, siendo que durante varios años de mi vida había estado ocupando el rol opuesto, es decir, había sido alumno. Indudablemente, el cambio de rol propio de esta situación se constituye en una transformación que atenta contra la propia identidad, es decir, me encuentro frente a la tarea de abandonar esa identidad propia del ser alumno para comenzar a consolidar una identidad que me acompañará en mí ser docente personal e individual. Resulta, de esta manera, que se abandona todo un modo de ser, pensar y sentir, que me caracterizó durante varios años de mi vida, para encaminarme ahora en la tarea de construir una nueva identidad, aunque la misma se lleve adelante sobre los cimientos de la anterior, quedando muchos vestigios en común.

No debo dejar de olvidar que durante el tránsito por el sistema educativo se construyen una serie de conocimientos en torno a la figura del ser docente, que se constituyen en fundamentales para esta etapa de iniciación profesional, pues en reiteradas oportunidades volveré y actuaré en función de los mismos. Resulta de esta manera fundamental el análisis de la propia biografía escolar, para comprender y encarar el nuevo rol a desempeñar. Con ello quiero sostener que el docente recién iniciado, como así también el ya no tan reciente, nunca debe dar por perdidos y olvidados sus pasos como alumno, ya que ambas posturas se consolidan en un mismo hecho, razón por la cual el análisis reflexivo de la propia biografía escolar y académica resulta fundamental para comprender y encarar el rol al cual se predispone a diario. Dichos conocimientos nunca pueden dejar de ser contextualizados en torno al propio camino recorrido, pues los mismos no deben ser considerados como verdades únicas y absolutas, sino como provenientes de nuestras propias experiencias y vivencias.

De esta manera, el tránsito por el sistema educativo y su influencia en la construcción del ser docente se convierte en una situación sumamente importante de abordar, ya que justamente allí es donde el nuevo profesor encontrará la respuesta a muchas de sus acciones. Sin bien este análisis debe efectuarse de manera individual, aquí quise reflejar el modo en el que las distintas experiencias condicionan o influyen en la construcción del rol docente en general, resultando de esta manera fundamental la reflexión personal sobre ese pasado en el que me comporté como aquel alumno que hoy estoy a punto de abandonar.
A partir de este momento me hallo frente a la compleja tarea de encaminarme en el rol docente, construir mi propia identidad en función de dicho rol, y esmerarme día a día en pos de la búsqueda de la excelencia de mi labor, pues mis futuros alumnos así lo demandarán. Espero que este trabajo haya servido para dar un puntapié inicial, embarcándome en la tarea de la consolidación profesional.

Agradecimientos

No quisiera dejar pasar esta oportunidad sin antes efectuar mi profundo agradecimiento a cada una de las personas que me ofrecieron su colaboración de manera totalmente desinteresada.

En primer lugar hago extensivo dicho agradecimiento a toda el equipo de la cátedra “Práctica Profesional“, quienes me brindaron sus conocimientos y experiencias a fin de poder encarar mi propio proceso de práctica docente. También quiero señalar que las docentes tutoras me brindaron su apoyo, contención y comprensión frente a los momentos difíciles, convirtiéndose en importantes guías para mí.

Tampoco puedo dejar de reconocer el acompañamiento incondicional de nuestras compañeras del grupo pequeño de reflexión y pos - práctica, quienes me brindaron una mano en todo lo que estuvo a su alcance, convirtiéndose en verdaderas compañeras de ruta.

Por otro lado, importante fue la ayuda recibida por la profesora y amiga Natalia Encina, quien me escuchó y orientó en todo momento, facilitándome material y acompañamiento durante todo este proceso. Del igual modo agradezco a la también profesora y amiga Virginia Martínez, quién ofició de igual modo.

Otros de mis agradecimientos está destinado a la compañera Verónica Soler, quien colaboró en los primeros pasos de este proceso de prácticas.

También quiero reconocer la colaboración brindada por todo el personal del Instituto de Educación Física Dr. Jorge E. Coll. Asimismo agradezco a la docente de la cátedra “Didáctica y Currículum”, de 2° año división “A”, y a todo el grupo de alumnos en general, sin los cuales mis prácticas no hubiesen podido concretarse.

Finalmente quisiera agradecer a mi familia y personas allegadas, quienes me comprendieron, acompañaron y aguantaron en los avatares de mi práctica docente.

Bibliografía consultada

*Alliaud, A. “El maestro que aprende”. En Ensayos y Experiencias, de la Revista Novedades Educativas, Mayo / Junio de 1998, año 4 - N° 23.

*Alliaud, A. “Los residentes vuelven a la escuela. Aportes desde la biografía escolar” Capítulo II. En Davini, C. y otros (2002) “De aprendices a maestros”. Buenos Aires. Paper Editores.

*Alliaud, A. (2004) “La experiencia escolar de maestros inexpertos. Biografías, trayectorias y práctica profesional”. Universidad de Buenos Aires, Argentina. En Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681 - 5653).
*Coria, G. (2008) “Reflexiones: Quinta y Novena Clase”. Mendoza. Cátedra Práctica Profesional, Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo.

*P. de Quiroga, A. (2006) “Matrices de Aprendizaje. Construcción del sujeto en el proceso de conocimiento”. Buenos Aires. Ediciones Cinco (Novena Edición).

lunes, 15 de junio de 2009

Educación y Sociedad

Escuela Nº 4-078 "Prof. Tomás Silvestre"

PROGRAMA 2009

Espacio Curricular: Educación y Sociedad
Curso: 3º año, 4ª división
Profesor a cargo: Germán W. Coria

CONTENIDOS CONCEPTUALES:

Eje 1: Educación y Sociedad

Conceptualización de hombre, sociedad y educación. Relaciones entre educación y sociedad. Educación formal, no formal e informal. Conceptos de inclusión y exclusión socio - educativa. Pobreza y analfabetismo. Necesidades básicas de aprendizaje. Derechos humanos y educación.

Eje 2: Educación en relación a los problemas sociales

Principales problemáticas sociales de nuestro medio y su relación con la educación. Familia como agente primario y natural de educación. Influencia de los medios masivos de comunicación en la sociedad. Educación y sectores de necesidades especiales El rol educativo de las ONG y el papel de los animadores socio - culturales.

Eje 3: Educación y Salud

Conceptualización del término salud. El derecho a la salud básica. Prevención y promoción de la salud desde la mirada educativa. Calidad de vida. Adolescencia y juventud en la posmodernidad: tendencias actuales, modas, hábitos sociales y alimenticios (anorexia, bulimia, drogadicción, alcoholismo y tabaquismo).

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

* DELORS, J. (1996) "La educación encierra un tesoro". Santillana. UNESCO. Madrid.
* Documentos de la Organización Mundial de la Salud.
* DUSCHATZKY, S. (1999) "La escuela como frontera" Paidós. Buenos Aires.
* FILMUS, D. (1999) "Estado, Sociedad y Educación en la Argentina de fin de siglo. Procesos y desafíos". Troquel. Buenos Aires.
* LÓPEZ, N. y TEDESCO, J. C. (2002) "Las condiciones de educabilidad de los niños y adolescentes en América Latina". IIPE. UNESCO.
* MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA (2005) Proponer y dialogar. Guía para el trabajo con jóvenes y adolescentes. Tomo I y II. UNICEF. Buenos Aires.
* MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN (http://www.me.gov.ar/): documentos y material de trabajo varios.
* SANTANDER, A. (2004) Desaprender la violencia. Un nuevo desafío educativo. Bonum. Buenos Aires.

Principios de Educación

http://www.youtube.com/watch?v=yNJ5kPbyQCY

¿Cuál es el impacto de la tecnología en el aula?

http://www.youtube.com/watch?v=fZjAwWweEls&feature=related