lunes, 15 de junio de 2009

El Binomio Tecnología - Educación


La educación de nuestra sociedad se ve atravesada por los múltiples y variados cambios tecnológicos propios de esta época. No es novedad que la tecnología avanza a pasos agigantados, invadiendo de este modo las aulas de nuestras instituciones educativas.

En el presente ensayo, pretendo reflexionar sintéticamente sobre tres puntos claves que se desprenden directamente del mencionado binomio. Ellos son: la relación docente - tecnología, la relación alumno - tecnología y, finalmente, la tecnología como herramienta fundamental en la formación de las personas de nuestra sociedad.

Ahora bien, si focalizamos nuestra mirada en el primero de los puntos, es preciso señalar que una gran cantidad de docentes no hace uso de la tecnología en sus prácticas diarias, muy por el contrario, permanecen atados a tradicionales esquemas de enseñanza. Dicha situación puede ser explicada por diferentes razones. En primer lugar, muchas de las personas que se encuentran al frente de procesos educativos se formaron en épocas en donde el uso de las tecnologías no era tan difundido en el ámbito educativo. Inclusive hoy, si analizamos algunos de los planes de estudio de las carreras de profesorados, encontramos que no se destina la suficiente carga horaria a espacios consignados a la formación docente en uso de las nuevas tecnologías. Por otro lado, si bien existen espacios alternativos de capacitación docente, es sabido que no todos concurren a ellos, ya sea por motivos económicos, laborales, familiares o de cualquier otra índole.

También es cierto que las escuelas de nuestro medio no siempre cuentan con los recursos tecnológicos necesarios como para introducir el uso de estas herramientas en las prácticas áulicas. A colación, quisiera compartir una experiencia que me toca muy de cerca. Me desempeño como profesor en un CENS ubicado en el departamento de Guaymallén. Por medio de diferentes donaciones, la escuela se encuentra dotada de alrededor de 10 computadoras “hermosamente embaladas”. Esta situación se produce a raíz de la falta de espacio físico como para instalar o conformar una sala de informática acorde a las necesidades de todo proceso de enseñanza - aprendizaje.

En segundo lugar, quisiera detenerme en la relación que se suscita entre los alumnos y el uso de las nuevas tecnologías. Estas últimas se hallan muy difundidas en toda la población estudiantil, incluso en los sectores más humildes de la sociedad. Nos es raro ver adolescentes de diferentes ámbitos manejando aparatos tales como MP3/4, celulares de última generación, computadoras conectadas a la red, etc.

Leí por ahí que “los jóvenes de esta época han nacido y crecido a la par de los avances tecnológicos, parecieran caracterizarse como los hijos de la tecnología”. Verdaderamente esta premisa resulta cierta en la mayoría de los casos, pues son ellos los que aprenden con rapidez para luego manipular los aparatos tecnológicos a la perfección, convirtiéndose muchas veces en los maestros de padres y docentes.

Finalmente, quisiera reflexionar sobre la posibilidad que le estamos negando a nuestros jóvenes de formarse críticamente para las demandas que el medio social, económico, laboral y cultural le exigirán en un futuro.

Para este punto quisiera plantear una serie de interrogantes abiertos a la reflexión: ¿Por qué seguir resistiéndose a una realidad y posibilidad de enseñanza acorde a nuestros tiempos? ¿Por qué la escuela debe seguir desarticulada de las necesidades y características de la población estudiantil? ¿Por qué será que seguimos formando sujetos incompetentes a las necesidades de nuestro medio, aun cuando sabemos que el progreso de la sociedad va de la mano de las nuevas tecnologías?

Lo lamentable de esta situación es que como docentes no sabemos ver y aprovechar esta realidad en pos de una educación de calidad para todos, calidad de la que hoy tanto se habla.
Germán Coria

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